Para fomentar una profunda renovación energética debe adoptarse una estrategia global e integrada siguiendo estos principios clave:
- La eficiencia energética es lo primero
- Descarbonización de la calefacción y la refrigeración mediante la electrificación
- Integración de las energías renovables
- Integración del sector y flexibilidad de la demanda
- Concepto de ciclo de vida y circularidad
- Aumento de las normas de seguridad, por ejemplo, eléctricas
- Altas normas sanitarias y medioambientales
- Asequibilidad y alivio de la pobreza energética
La renovación no sólo consiste en reducir la factura energética y las emisiones. Puede abrir numerosas posibilidades y generar beneficios sociales, medioambientales y económicos de gran alcance. Gracias a la renovación, los edificios pueden ser más sanos, más seguros, más ecológicos, inteligentes, sostenibles y circulares, interconectados dentro de un distrito vecinal, más accesibles, resistentes a fenómenos naturales extremos y apoyar el despliegue de la e-movilidad, entre otros.